CARNE YO CALIENTE...
Si a un ministro se le ocurre
aconsejar menos carne,
¡es posible que se arme!
Mas, si los de otra tendencia
consideran indecencia
darse, a oscuras, «el filete»,
¿ahí no hay dimes y diretes?
Que, con un buen fuego eterno,
¡la carne también arde
en el infierno!
O al llegar carnestolenda
―anterior a la ceniza―
cuando la carne agoniza
por tres días, ¿no hay contienda?
Y es que, cuando te interesa,
todo es arma arrojadiza…
Que nunca ha dicho Garzón
que no comas chuletón,
ni un buen pollo al chilindrón,
un churrasco, un filetón…
No saques las cosas de quicio,
en temas alimenticios,
ni en el vicio y el fornicio,
que a buen entendedor
no le tiembla el tenedor…
Ay, qué cruz alguna gente…
Carne yo caliente,
y al que no le guste
que apriete los dientes.
©Isabel Bermejo
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