CALOR
Calor en las pupilas,
en los pechos,
en el asfalto que abrasa
las patas de los perros…
Calor de incertidumbre,
allá, en los cuerpos;
en las sombras ahogadas
de todos los secretos.
Calor en la memoria
de los amores muertos;
en la calle vacía
del final de los tiempos.
Calor…
Calor que quema calendarios,
hasta arrancar las hojas
a los días desiertos.
© Isabel Bermejo
Fotografía: Albayzin, Granada.
El poema en mi voz:
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