AMARGO NÉCTAR
Bebió el amargo néctar de la vida.
Un cielo sin raíces
asesinaba, atroz,
a los pájaros dormidos.
Las horas quejumbrosas
lamían las agujas
de un reloj solitario
en la pared incendiada.
Queda un color oscuro, negro oscuro,
que tiñe de azabache la tristeza.
Commentaires